Los niños nacen sin control alguno sobre sus impulsos por lo que requieren de disciplina, no confundamos este término con el de castigo; esta ayuda al niño a sentir autocontrol y le permite tener una mejor reacción a sus deseos y a los cambios en su ambiente.
El niño empieza a aprender de ti desde el primer día de vida, por lo tanto, mientras más pronto se inicia su educación más efectiva será. El darle a un hijo el regalo de la disciplina lo convertirá en un niño sin frustraciones y los padres estarán menos estresados. La disciplina es lo más importante que un niño puede desarrollar. Los pequeños que crecen sin guía, normas y valores no desarrollan su autocontrol y como adultos fácilmente caen en malos hábitos y vicios.
Por otra parte, los que no respetan la autoridad que sus padres representan crecen frustrados y después les cuesta mucho aceptar que el mundo tiene reglas y sistemas que debemos seguir con buena actitud. Es muy fácil dejar que los hijos hagan lo que quieran con tal de no oír sus quejas o llantos. Pero, un padre responsable utilizará la infancia de su hijo para prepararle para ser un adulto exitoso.
Fortalece su autocontrol
Establecer reglas en casa ayuda a que los niños tengan una pauta para desarrollar su capacidad de autocontrol. Como padre tú sabes cuales aplican mejor para tus hijos pero aquí tienes ejemplos básicos y generales que pueden ayudarte.
Avísame:
Cuando le des una tarea u obligación enséñale a que te avise cuando la termine para que lo supervises, lo felicites y/o le des las gracias.
Sin enojo:
A los niños no les gusta ser corregidos y expresan su enojo verbalmente o con una actitud negativa. Explícale que debe escuchar sin interrumpir y con actitud receptiva, calmada y de aceptación.
Acércate:
El niño debe ir a ti cuando le llamas, no permitas que conteste desde su cuarto: ¿qué? Así aprenderá que debe aproximarse para tener un diálogo y poner en pausa su actividad, para atender y luego regresar a lo que estaba haciendo.
Tú puedes:
Crea rutinas que el niño debe hacer sin tu ayuda e intervención como lavarse los dientes, vestirse y hacer la cama. Cuando lo haga bien otórgale privilegios como irse a la cama media hora más tarde los fines de semana. Estos beneficios los verá como privilegios que asociará con responsabilidad básica.
Mereces un premio:
Cuando lo recompenses pon un mayor énfasis en el esfuerzo realizado y en haber logrado su meta que en el simple regalo.
Eres responsable:
Permite y fomenta se encargue de sus cosas. Alienta que participe en deportes, clases de música, a que cuide de una mascota y a tener su cuarto siempre recogido. Si un día pierde su balón, instrumento musical o no hay comida para el perro, ayúdalo a solucionar el problema pero no lo resuelvas tú. Es importante que el niño aprenda a ser responsable.
Estás bien:
Enséñale a dormir solo a temprana edad. Desde bebé colócalo en su cuna después de su rutina nocturna, apaga la luz y abandona el cuarto. A los tres meses de edad no conoce el miedo a la oscuridad ni al estar solo. Si lo acostumbras así todas las noches, el día que tu hijo tenga cinco años será igual.