Las costumbres van cambiando al igual que las ciencias. Antes, en tiempos de nuestros abuelos, a los recién nacidos se les acostaba boca abajo, sin embargo, ahora se aconseja acostarlos boca arriba, así se evita un ahogo por asfixia o regurgitación.
Al colocar al bebé boca arriba facilita su respiración y así se evitar correr el riesgo de dormir con la cabeza, principalmente el los 3 primeros meses de vida del recién nacido.
Durante esos primeros tres meses el bebé es tan pequeño que apenas se mueve. Mediante van pasando los meses el bebé se mueve hacia los lados.
Si se da el caso que a tu bebé lo acuestas boca arriba y al cabo de algunos minutos cambia su postura hacia abajo, entonces no te preocupes, eso indica que ya tiene la fuerza necesario para voltearse en caso de ser necesario.
La cuna
Dependiendo del tamaño, peso y de que tan activo es tu bebé, elige una cuna apropiada para acostarlo, teniendo en cuenta la postura hacia arriba. Recuerdo que a medida que los niños van creciendo, la cuna se torna pequeña y en ocasiones se ponen de pie. Por lo tanto no descuides la altura de la misma.
Ya cuando el niño cumple sus dos años de edad ya tiende a ponerse de pie y se sostiene de los barrotes de la cuna.
Tener en cuenta también que la separación entre los barrotes debe ser la mínima para que el bebé no pueda meter su cabeza en medio de ellos. De la misma forma el colchón, el cual preferiblemente debe ser del tamaño del ancho de la cuna, de lo contrario el bebé puede resbalar en el espacio que queda entre los barrotes y el bebe.
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