jueves, 16 de octubre de 2014
CARICATURAS CRISTIANAS, EL PASTORCITO.
martes, 14 de octubre de 2014
9 consejos fundamentales sobre la alimentación infantil
9 consejos fundamentales sobre la alimentación infantil
Publicado por: ovejarosa Deja un comentario
Para la mayoría de los padres, que sus hijos coman bien significa que se terminen toda la comida que les ponen en el plato. En muchos hogares la hora de la comida se convierte en un calvario: niños que no comen, padres que no entienden, niños que lloran, padres angustiados… Lejos de ser un encuentro familiar, en el que todos los miembros se nutren y alimentan armoniosamente, la hora de la comida es para muchas familias un suplicio.
Volvamos al principio: “Para la mayoría de los padres, que sus hijos coman bien significa que se terminen toda la comida que les ponen en el plato” . Y ahora, ¿de qué tipo de comida estamos hablando? ¿Y qué cantidad se supone que es la adecuada para que el niño haya comido lo suficiente?
En muchos hogares siempre se cocina lo mismo, unas pocas comidas que son las que gustan a los niños y no van a suponer un problema. Imaginemos que estas pocas comidas son: macarrones, sopa de sobre, salchichas, pizza, filete de ternera y nuggets de pollo. Los menús en esta casa se limitan a esta variedad y el niño se lo come todo, la pregunta es ¿está este niño comiendo bien?
Otros papás ponen en el plato de su hijo cantidades exageradas de comida. No tienen en cuenta la fisionomía del niño, desconocen el tamaño del estómago de su hijo. Si ese niño se comiera todo acabaría vomitando. La pregunta es ahora: ¿está este niño comiendo poco?
Hoy quiero proponer algunas consideraciones que los papás y mamás deberíamos tener en cuenta a la hora de alimentar a nuestros hijos:
1ª- Alimentar no es sólo dar de comer. Alimentar es también nutrir y nutrir es dar alimento y a la vez amor. Acompañar a nuestros hijos amorosamente mientras comen, es establecer con ellos desde pequeños una buena relación con su alimentación que a buen seguro les acompañará durante toda su vida.
2º- Respetar a nuestros hijos es no obligarles a comer cuando no tienen más apetito. Los niños son perfectos para regular la cantidad de comida que les cabe, si cierran la boca o dicen no, es no y punto, no nos empeñemos en meterles una cucharada más a la fuerza.
3º- Ofrecer a nuestros hijos desde pequeños una comida variada y saludable es enseñarles a comer bien. No importa tanto la cantidad como la calidad.
4º- Si el niño vive experiencias agradables con la comida, estará cada vez más abierto a probar alimentos nuevos.
5º- Otorguemos a la hora de la comida el respeto y el tiempo que merece. Hagamos del momento de sentarnos a la mesa un rato agradable. No importa tanto lo que cada uno coma sino la calidad y el disfrute de este ratito con la familia.
6ª- Si conociéramos el tamaño del estómago de un bebé o de un niño un poco más grande no nos empeñaríamos en llenar el plato de nuestros hijos. Es nuestro deber como padres conocer su fisionomía y respetar sus ritmos.
7º- Algunos alimentos son fáciles de comer y los niños suelen comerlos ellos solitos, precisamente son los menos saludables: bollería industrial, postrecitos repletos de colorantes, zumos envasados etc. A veces la falta de tiempo de los adultos nos lleva a abusar demasiado de este tipo de alimentos, se tarda menos en abrir un bollito que en partir una fruta y así vamos acostumbrando mal a lo niños para después quejarnos cuando no quieren comer alimentos más sanos.
8ª- Los adultos establecemos unos horarios para comer que nos vienen bien a nosotros y que no siempre son adecuados para los más pequeños. Los niños tienen tiempos de hambre diferentes a los adultos, sus horarios no son los nuestros y, sin embargo, casi siempre son ellos los que deben adaptarse a lo que nosotros establecemos.
9º- Para que los niños coman bien los adultos debemos comer bien. Nosotros, los padres y madres, somos su referente, ellos poco a poco irán interesándose por lo que comen sus papás, a su ritmo pedirán probar, nosotros podemos ofrecer siempre sin forzar y poco a poco ellos adquirirán los mismos hábitos en su alimentación.
Y para terminar quiero hacer hincapié en el respeto. Confiemos en ellos. Los niños son expertos en escuchar a su cuerpo y en satisfacer sus necesidades, alimentemos a nuestros hijos a demanda, de la misma forma que se debería dar la teta, porque ellos mejor que nadie saben cuando quieren comer y cuando deben parar.
Mayte Gómez González
Lista de Consejos Para Los Padres de Niños Delicados Para Comer
SUEÑO INFANTIL: LA IMPORTANCIA DE DORMIR BIEN
Dormir las horas necesarias y tener un sueño de calidad es vital para el crecimiento y desarrollo de los bebés y niños. Las horas de sueño recomendadas para cada niño dependerán de su edad, ya que entre más pequeños necesitan de más tiempo para el descanso.
Los recién nacidos, por ejemplo, duermen más de la mitad de las horas del día (14-20 horas) y en la medida que transcurren los primeros meses, el tiempo de sueño irá disminuyendo, mientras que aumentará el tiempo de vigilia.
Los momentos y distribución del sueño y vigilia están relacionados con las características individuales del menor. Cuando el bebé nace no distingue la diferencia entre el día y la noche, por eso, es muy importante enseñarle desde temprano que el día es para jugar y la noche es para dormir.
Algunas recomendaciones para hacerlo:
- Tratar de acostar al bebé a la misma hora cada noche, manteniendo un ambiente tranquilo y sin ruido antes de ir a la cama, de esta manera irá identificando cómo es el momento de dormir
- Es preferible que las siestas las duerman en algún lugar con luz y ruido ambiente, mientras que el sueño nocturno sea con más oscuridad y en silencio, de esta manera irán identificando el día y la noche
- Durante los primeros meses de vida, es preferible que duerma sin almohada
El Dr. Daniel Correa, Neuropsiquiatra Infantil, establece que diversos estudios han demostrado la existencia de elementos que inciden en un mal descanso. Entre éstos, se puede mencionar la televisión, los juegos de video y el computador.
“La luz de éstos altera el reloj biológico, es decir, modifica la regulación del ciclo sueño-vigilia. Por ello, no es recomendable su utilización o exposición antes de ir a dormir”, explica. El especialista agrega: “es importante evitar ruidos o gritos de la gente de la casa. Tampoco se deben hacer ejercicios físicos en la noche, ya que elevan la temperatura corporal y retrasan el sueño”.
Por otra parte, hay diversos alimentos que no debiesen ser consumidos en la noche, ya que pueden afectar el sueño de los menores, como el chocolate, azúcar en forma desmedida y las frituras. Tampoco se recomienda ingerir grandes cantidades de líquido en la noche. El Dr. Correa asegura que, de todas formas, no conviene enviarlos a la cama en ayunas, porque el hambre también puede despertar a los niños.
De igual manera, existen alimentos que benefician un buen descanso y estado de ánimo, como la leche y sus derivados, el arroz, las pastas, verduras y hortalizas, entre otros. Todo depende de la edad del niño y del tipo de alimentación que esté recibiendo.
Para mejorar el descanso, es necesario que el menor tenga en su habitación una luz tenue que logre bajar su ritmo de actividad física y mental. Los pequeños, entre 2 y 3 años, pueden escuchar un cuento de sus padres, por ejemplo.
Dr. Daniel Correa, Neuropsiquiatra Infantil y Adolescente de Clínica Santa María.
NIÑOS QUE SE DESPIERTAN DURANTE LA NOCHE
Algunos papás tienen una lucha cuando llega la hora dormir. Acuestan a los niños, los arropan, y cuando los van a ver unas horas más tarde están destapados. O bien se despiertan muchas veces y tienen problemas para conciliar el sueño porque les da frío durante la noche. En cualquiera de los dos casos, los padres deben ver qué error están cometiendo, y solucionarlo para que sus hijos tengan un mejor dormir.
¿Por qué se despiertan por frío o calor?
Los niños son muy inquietos durante las noches, especialmente entre los 12 meses y los 4 años. Por eso se mueven mucho mientras duermen, y es normal que les de calor, suden, y que se destapen para estar más cómodos. Esto puede significar que los papás están poniéndole mucha ropa a la cama, o bien que la calefacción está demasiado alta.
Es fácil para los papás saber si el menor tiene suficiente ropa para dormir, o muy poca. Solo basta con mirarlo durante la noche y ver cómo está durmiendo. Si está encogido es porque de seguro necesita un par de mantas extras o quizás un pijama más abrigador. Si está destapado y transpirando, es porque la habitación está muy calurosa, o él está muy abrigado.
¿Es bueno atender a los niños si se despiertan durante la noche?
Es importante que los papás recuerden que el sueño es fundamental para el crecimiento y desarrollo de los niños. Cuando descansan bien durante las noches tienen mejor ánimo, y son capaces de desempeñarse de buena manera en las labores escolares, si es que ya están yendo al jardín, por ejemplo.
Por otro lado, es normal que en la naturaleza las madres duerman con sus hijos para asegurarse de que no les falta nada. Cuando madre e hijo no duermen juntos -como en nuestra cultura- ella siente la necesidad de ir a ver cada cierto tiempo que esté todo bajo control porque es parte de su instinto.
A medida que el niño crecen y se va haciendo más independiente, es normal que los estén en guardia sean ellos, y no la mamá, y si necesita algo, será él quién lo diga, lo que ocurre comúnmente a través del llanto. Muchas veces, cuando los menores se despiertan mucho por las noches, ya sea por frío, calor, o simplemente porque necesitan a su mamá, es normal atenderlos y acompañarlos para que se tranquilicen.
"La angustia de desesperación se manifiesta también en el sueño. El niño empieza a darse cuenta de que hay un período (cuando se va a dormir) en que se separa de sus padres y por lo tanto intenta retrasarlo al máximo. Es típico de esas edades quedarse dormido delante de la tele, jugando, etcétera, es decir, haciendo actividades que le "despisten" de la idea de que se va a separarse de sus papás. Por lo tanto debemos calmarles antes de ir a dormir, para que aprendan a regular esa ansiedad.
No necesitarán de la presencia de sus papás, o de acunamiento, porque lo único que necesita el niño es sentirse seguro en esta etapa, y cuando eso se ha establecido, cuando ya entiende que su entorno estará seguro aunque duerma, los acunamientos y la presencia se harán innecesaria", sostiene la psicóloga infantil Rosa Jové, en su libro Dormir sin lágrimas.
Muchos recomiendan no hacerles caso cuando esto sucede, y dicen que lo mejor es dejarlos solos para enseñarles a ser más independientes. Con esto los papás se dan cuenta que no consiguen nada, y que no logran tranquilizar a sus hijos a menos que se queden con ellos en todo momento. Lo cierto es que cuando los acompañan le enseñan a ser más independiente, porque aprenderá a ser una persona más segura de sí misma, e integrado a la sociedad.
Cuando se deja llorar a un niño los papás le dan a entender que sus necesidades no son lo suficientemente importantes y que otros pueden decidir por él. Se hace por ende más dependiente, porque depende de los antojos de los demás, y no se siente lo suficientemente importante para merecer la atención de otros.
EL PASO DE LA CUNA A LA CAMA
El paso de la cuna a la cama no tiene una edad predeterminada. Cada niño tiene su momento y dependerá de muchos aspectos. Por ejemplo, hay niños que sólo quieren dormir en la cama de sus papás, otros que nunca duermen cómodos o disfrutan su cuna, por lo que pasan a una cama con más facilidad y así diversas combinaciones.
Lo que sí es un signo de alerta para hacer el traspaso es cuando el bebé o menor intenta salirse de la cuna. Aquí lo mejor es hacer el cambio.
Consideraciones al momento del traspaso
Es fundamental tener en cuenta sus necesidades. Por ejemplo, cuando son más pequeños, necesitan una cama que se ajuste a sus proporciones y a su seguridad. A medida que son más grandes estas irán cambiando, pues ellos crecen y a veces durante las noches son muy inquietos, por lo que necesitan de más espacio.
También es fundamental tener en cuenta lo que el niño desea, y cuando sienta que está preparado para hacer el cambio. A veces los niños lloran porque se sienten inseguros durante la noche, y hacerlo dormir en una cama que es excesivamente grande puede hacerlo aumentar ese sentimiento.
¿Cuánto tardará en acostumbrarse al cambio?
Hay niños que aceptan muy fácilmente la transición, mientras que hay otros que se demoran mucho más, y tienen muchas dificultades para acostumbrase a su nuevo lugar para dormir. Puede que incluso se levanten por las noches, o lloren en busca de sus papás, por lo que los papás deben buscar soluciones para hacer de esto algo más fácil y no tan traumático.
A veces, ubicar la cama donde antes estaba su cuna puede hacer el proceso más fácil para aquellos niños que están experimentando alguna dificultad. Además, se pueden encontrar camas que son especiales para niños, no tan grandes y por ende menos intimidantes.
Es bueno que los papás tengan en mente que probablemente el niño se sale de su cuna porque se siente solo, necesita compañía, o porque simplemente no le gusta. A veces es importante detenerse a pensar cuál es la razón por la que el menor lo hace, y en base a eso tomar una decisión, no solo comprar una cama nueva porque al niño ya no le gusta la cuna.
Al mismo tiempo, esta es una etapa importante en la vida de los niños porque demuestra que están creciendo, se están haciendo más independientes, y están superando sus miedos e inseguridades. Además, es fundamental que tengan un buen lugar donde dormir, pues el sueño es parte importante de su crecimiento y desarrollo.
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